La semana más loca para Scariolo
La semana que viene, Sergio Scariolo será el protagonista de una situación inédita en la historia del baloncesto moderno. Su doble trabajo como seleccionador español y entrenador de la Virtus Bolonia le abocaba a tener que elegir entre papá o mamá. Finalmente, las piezas del rompecabezas han encajado con insólita naturalidad, en parte por azar y en parte por la buena sintonía entre la Federación Española de Baloncesto y el club italiano. La consecuencia más curiosa es que algunos jugadores pasarán de ser sus pupilos a sus enemigos en apenas 48 horas. Así será la semana más loca en la carrera de Scariolo.
Inicialmente, el viernes 11 de noviembre iban a coincidir dos partidos que reclamaban la presencia del entrenador italiano: El Italia-España clasificatorio para el Mundial 2023 y el Armani Milan-Virtus Bolonia de Euroliga. Scariolo ya había decidido y la FEB había alcanzado un acuerdo con el Virtus: dirigiría a la selección española.
Sin embargo, la federación italiana autorizó a que el derbi se retrasara dos días hasta el miércoles 9 para facilitar que el seleccionador italiano, Gianmarco Pozzecco, pudiera convocar a los internacionales involucrados en este partido. Curiosamente, es el único duelo de esta séptima jornada de la Euroliga que no se disputará el jueves 10 o el viernes 11.
Seis de esos jugadores han sido convocados por la selección ‘azzurra’ (Niccolò Mannion, Alessandro Pajola, Paul Biligha, Stefano Tonut, Giampaolo Ricci y Tommaso Baldasso) y dos de ellos (Mannion y Pajola) serán pupilos el miércoles y rivales el viernes de Scariolo, quien por el contrario ha descartado incluir a ningún jugador de Euroliga en su convocatoria.
Pluriempleo extremo
El carrusel de Scariolo comenzará el lunes 7, cuando la selección española se concentrará en Bolonia. Allí entrenará España durante toda la semana en las instalaciones del Virtus antes de desplazarse a Pésaro, ciudad situada a 150 kilómetros y que acogerá el Italia-España. Durante esos días previos, el técnico también preparará el derbi italiano de Euroliga. Es decir, que entrenará a uno de sus equipos por la mañana, se cambiará de uniforme a mediodía y entrenará al otro por la tarde en la misma cancha. Insólito.
La única pieza que no le ha encajado a Scariolo es que el Armani-Virtus se disputará en Milán, lo que le obligará desplazarse unos 200 kilómetros para estar presente el miércoles en el Mediolanum Forum. No se puede tener todo en esta vida. Aún así, aún aspira a no perderse ni un entrenamiento de la selección española en toda la semana, aunque lo más probable es que al menos una sesión deba dirigirla su ayudante, Luis Guil.
Por si quedaba alguna duda después de conquistar su cuarto oro continental hace unas semanas con un equipo que ni siquiera figuraba entre los favoritos, he aquí otra muestra del compromiso de Scariolo con el equipo español. Una victoria más, sea ante Italia o en las otras tres balas que le quedan -la segunda el lunes 14 contra Países Bajos en Huelva- y la vigente campeona tendrá billete asegurado para el Mundial de Filipinas, Japón e Indonesia.